Morir Todavía (Basada en la película)

Hola Me he decidido a colgar esta historia que he empezado en el foro LGG y espero que os guste. Está basada en la película dirigida y protagonizada por Kenneth Branagh en 1992 y su título original era Dead Again ^^
Espero que os guste.


Autora: lana54
Título: Morir Todavía
Sinopsis: Mike Church es un detective de Los Ángeles especializado en encontrar personas desaparecidas, pero ahora debe realizar un trabajo muy distinto: ayudar a una joven amnésica a recordar quién es. Para lograrlo, Mike decide poner un anuncio en un periódico, pero en lugar de presentarse un familiar, amigo o conocido, lo hace Franklyn Madson, un hipnotizador. A partir de ahí, el pasado y el presente se entrelazarán en una historia de misterio, amor, dolor y venganza.

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Prólogo



<<Asesinato>>

Los pasos de Gray Baker resonaban en el frío suelo de baldosas blancas, produciendo sonidos metálicos. El hombre caminaba despacio pero con firmeza, ajeno a los lamentos de los presos.

<< Crimen Pasional>>

Un guardia le guiaba hasta la celda que deseaba visitar. Gray le miró y pensó que debía estar hastiado de andar siempre por aquellos corredores, inundados por la miseria y la frustración. Impasible, se atusó el pelo y siguió avanzando.

<<Strauss arrestado>>

Alisándose la chaqueta beige y colocándose bien la corbata, vislumbró por fin su destino. Aun así, en su rostro no se apreció ninguna modificación. Era un hombre frío que no dejaba entrever sus sentimientos, ni siquiera al visitar una cárcel.

<<Encontrada el arma del crimen: Unas tijeras de tamaño considerable. >>

-Por aquí, señor. Ya casi estamos.

<<El presunto homicida se ensañó con la víctima, Margaret Strauss, al clavárselas repetidas veces. No tuvo piedad entonces, y ahora no muestra signos de arrepentimiento>>

-Muy bien, gracias. -Gray Baker esperó a que el guarda le abriera la puerta, y después entró.

La penumbra se apoderó de él. Parpadeando, se mantuvo quieto, aguardando a que sus ojos se acostumbraran a ella. Al fondo, se oía un ruido.

<<Strauss ha sido culpado y condenado a muerte. >>


Cuando sus ojos se acostumbraron por fin a la tenue luz procedente de un bombilla situada en el techo, Gary Baker vio a Strauss y supo inmediatamente de dónde venían aquellos ruidos: Un hombre le estaba cortando el pelo.

<<Al comienzo de todo, Strauss había declarado que el asesino de su esposa era un ladrón. La tobillera que la mujer llevaba siempre no ha logrado recuperarse, lo que indica que podría tener relación con el asesinato. Poco después, se encontraron las huellas del famoso compositor, Roman Strauss, en las tijeras. Eso, junto a la declaración del ama de llaves, que afirma que el señor Strauss sufría ataques de celos, ha servido para declararle culpable, y hoy será ejectuado. >>

-Adelante, señor Bakerrr. Debo desirle que me he converrrtido en un admirrrador suyo. -la voz grave del compositor saludó al periodista, que se sentó en una silla, se quitó el sombrero y encendió un cigarro.

Acto seguido, el peluquero dejó los mechones y las tijeras sobre un periódico y salió de la celda.

-Me siento muy halagado. -Gray exhaló el humo y pasó una pierna por encima de la otra, logrando una postura en apariencia relajada. Era un hombre atractivo, de pelo, ojos y barba negros y con una estatura media.

Roman lanzó una risita amarga y juntó las manos, que estaban esposadas. Vestía con el uniforme carcelario y sus preciosos ojos azules se hallaban apagados, transmitiendo una honda resignación.

-Sin embargo, espero que no me haya hecho venir a este antro sólo para decirme que me admira.

-No, porrr supuesto que no. Quierrro que publique una notisia parrra su periódico.

-¿Cuál?

Roman se inclinó hacia delante, haciendo que la débil luz iluminara sus cabellos rubios.

-Quierrro que escrrriba que quise a mi mujer... y que siemprrre la querrré.

-Muy bien. -aceptó.

-Grrrasias.

-Pero, ¿usted la mató?

-Señor Strauss, es la hora. -un guardia abrió la puerta de la celda.

-¿La mató o no?

Roman se levantó y se inclinó sobre gary. El carcelero no pudo ver ni escuchar lo que decía, pero el rostro del periodista se contrajo en una mueca y su cuerpo se tensó. Tras esto, el compositor cruzó la puerta y caminó junto al guardia.

Gray se puso en pie y, retirando los mechones de pelo recién cortados, leyó el titular del día.

<<Roman Strauss será ejecutado esta misma tarde. >>

El periodista apagó su cigarro, ya consumido, y lo guardó en la cajetilla. De repente, se dio cuenta de un detalle. Palideciendo, se giró y comprobó con horror que Roman y el carcelero ya habían recorrido un buen tramo del largo pasillo. Sin pensarlo dos veces, echó a correr.

-¡No! ¡Esperen!

Strauss esbozó una sonrisa y apretó el paso.

-¡Esperen! ¡Detengan a ese hombre!

Al final del corredor, apareció una mujer joven y bonita. Nada más verla, Roman dio un empujón al carcelero y corrió hacia ella.

-¡Nooo! ¡Se ha llevado las tijeras! -gritó el periodista con el corazón desbocado.

Demasiado tarde. El compositor ya había llegado junto a la mujer y acababa de sacar las tijeras de su manga izquierda para clavárselas en la garganta.

Fausto escribió:

*.*
Me encanta, esmuy novela negra. Me gusta tu estilo es sencilo y eficaz ^.^
No he visto la pelicula y no la he visto tampoco en el Emule T.T Parece interesante. Por cierto esto es como un Fanfic ¿No?
No se si son personajes tuyos o de la pelicula pero me encanta esta escena: ME ha recordado a la escena de "El silencio de los Corderos" cuando la agente va a visitar a Hannibal a la carcel... Y la verdad que el tal Straus da el pego de tio gordo-extranjero-homicida-loco. El apellido suena a leman o austriaco... ¿De donde és? ¿Vas a continuar? ¡Por favor continua! ^.^

Es alemán. Muchísimas gracias por tu comentario, me ha hecho mucha ilusión Estoy contando la película, intentando ser fiel, pero desde mi punto de vista ^^




I

-¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

El relámpago acalló el angustioso chillido, pero eso no impidió que unos pasos presurosos llegaran hasta la puerta del cuarto y trataran de abrirla. La joven se levantó de la cama, aterrada y corrió hacia la silla que tenía puesta para bloquear la entrada. Nada más quitarla, la puerta se abrió y una monja de mediana edad la miró con preocupación.

-¿Qué ocurre?

-Yo... yo... -se llevó la mano al pecho y trató de controlar los violentos latidos de su corazón.

-¡Cálmese, muchacha, nadie quiere hacerla daño! Sólo ha sido una pesadilla. Venga, vuelva a dormirse.


Otro relámpago irrumpió en la estancia, haciendo que la joven se estremeciera.

-Relájase -la monja la condujo de nuevo hacia la cama-. La tormenta pronto se irá y ya verá como para por la mañana el cielo está despejado y no queda ni rastro de ella.


* * *



-La encontraron ayer dos monjas intentando abrir la cancela. -explicó una muchacha joven, vestida con los hábitos, al cura.

Ambos se hallaban en un despacho con un amplio ventanal que daba a un cuidado jardín. Ella se encontraba de pie, a varios centímetros de distancia de la mesa donde él estaba.

-¿Por qué ha pasado la noche aquí? -preguntó él con enfado-. ¡No quiero extraños en este convento!

-¿Y qué podíamos hacer, padre? Estaba sola y parecía muy vulnerable. No recuerda quién es ni cómo ha venido a parar aquí y anoche, mientras tenía una horrible pesadilla, no dejaba de pronunciar esta palabra. -la chica le entregó un papel y esperó su reacción.

<< Disher. >>

-¿Daiser? -inquirió arqueando las cejas.

-No, díser. Desconocemos qué significa, pero por lo visto debe ser muy importante para ella.

-Bueno, sea como sea no puede quedarse por más tiempo aquí. -dijo cogiendo el teléfono.

-¿Qué va a hacer?

-Llamar a un investigador de personas desaparecidas.

-Pero, padre, no tenemos dinero para pagarle.

-El hombre al que me refiero lo hará gratis. Me debe mucho. -explicó el hombre marcando los números de memoria.

Muchas gracias por tu comentario


Mike Church terminó de hablar por teléfono con una sonrisa de satisfacción.
Acababa de encontrar a una persona desaparecida, por lo que tan sólo le
quedaba por dar con un antiguo psicólogo para finalizar sus trabajos
pendientes. Después de eso, podría descansar hasta que lo requirieran
para un nuevo caso. Guardando su móvil, arrancó el coche y se dirigió
hasta una famosa tienda de comida enlatada y carne. Tras aparcar de
cualquier manera en una acera, se apresuró a entrar en el
establecimiento. Tuvo que entrar en el almacén de la parte de atrás
para encontrarlo. John era un hombre de estatura normal, corpulento y
con barba de varios días. Nada más verle, soltó un gruñido y se mostró
hosco.

-Este acceso es sólo para personal especializado.

-¿Es usted John Bean?

-¿Qué quiere? ¡No será de la policía!

-No, soy un detective privado.

Él lanzó una risotada.

-¿Detective privado? ¡No me diga! ¿Y qué hace aquí?

-El despacho de abogados Marlen and Co le está buscando.

Ante aquella afirmación, el hombre palideció considerablemente.

-¿Por qué? ¿Qué tienen que ver conmigo? -preguntó a la defensiva.

-Necesitan verle por un caso relacionado con Jim Letier.

-¿Jim Letier? ¡Yo no conozco a ningún tipejo que se llame así!

-¿Ah, no? Pues él sí debía conocerle a usted cuando le dejó 300.000 euros en herencia.

El rostro del hombre cambió por completo.

-¡Ah Jim Letier, es verdad! ¡Qué gran hombre! ¡Una pena que haya fallecido!

-Ya -murmuró escéptico-. Debió ofrecerle un gran servicio cuando él le ha estado tan agradecido.

Por un momento, John pareció más sereno.

-Oiga, yo era un buen psicólogo. Aún seguiría trabajando en ello si no...

-¿Si no qué?

-Si no me hubiera acostado con una de mis pacientes. -confesó mordiéndose el labio inferior.

-¡Ah, así que primero las ayudaba psicológicamente y luego...?

-¡Sólo fue una! -exclamó cortante.

-Como
sea. En fin, he venido para decirle que tiene que presentarse cuanto
antes en el despacho de abogados Marlen and Co. Así podrá cobrar sus
290.000.

-¿290.000? ¡Espere! ¿No había dicho 300.000?

-300.000 sin descontar mis servicios. Que tenga un buena día.