Generación JordiLauriana
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Generación JordiLauriana

La Generación del Futuro.
 
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 Consejos para escritores.

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Abykame
REICH
cierva_de_cristal
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MensajeTema: Consejos para escritores.   Consejos para escritores. Icon_minitimeJue Ago 28, 2008 2:57 pm

No se si esto irá aquí, pero si no me equivoco lo publicó Sardinilla, recuperda de Shiva que esta a su vez lo recuperó de...no me acuerdo, pero me he hecho un lío.

Allá van:

CÓMO ESCRIBIR UNA NOVELA

COSAS IMPORTANTES SOBRE TUS PERSONAJES

Parte 1: Lo Básico

1. ¿Cuál es su nombre completo?
2. ¿Dónde y cuándo nació?
3. ¿Quienes son o eran sus padres? (nombres, profesiones, personalidad...)
4. ¿Tiene hermanos? ¿Cómo son?
5. ¿Dónde vive ahora y con quién? Describe el lugar y las personas que viven con él.
6. ¿A qué se dedica?
7. Escribe una descripción completa sobre él. Debes considerar altura, peso, raza, color de pelo, ojos y tatoos, cicatrices o cualquier otra marca que le diferencie.
8. ¿A qué clase social pertenece?
9. ¿Tiene alergias, enfermedades u otras debilidades físicas?
10. ¿Es diestro o zurdo?
11. ¿Cómo suena su voz?
12. ¿Qué frases o palabras usa con frecuencia?
13. ¿Qué lleva en sus bolsillos?
14. ¿Tiene tics, manías, hábitos extraños u otras características que le definan?

Parte 2: Crecimiento

15. ¿Cómo describirías su infancia en general?
16. ¿Cuál es su recuerdo más temprano?
17. ¿Qué estudios tiene?
18. ¿Lo pasaba bien en la escuela?
19. ¿Donde aprendió sus habilidades?
20. ¿Tuvo modelos a los que seguir en su infancia o adolescencia? Descríbelos.
21. Al crecer... ¿Qué tipo de relación mantuvo con los miembros de su familia?
22. ¿Qué quería ser cuando fuera mayor, de pequeño?
23. ¿Cuáles eran sus actividades favoritas de pequeño?
24. ¿Qué rasgos de personalidad tenía cuando era niño?
25. ¿Fue popular de niño? ¿Quiénes eran sus amigos y cómo eran?
26. ¿Cuándo y cómo fue su primer beso?
27. ¿Es virgen? Si no lo es, ¿cuándo y con quién perdió la virginidad?



CREANDO PERSONAJES MEMORABLES

1. Empieza por darle nombre a tu personaje principal. Un nombre con el que estés contento y confortable a la hora de trabajar. Recuerda que será tu personaje al menos por un tiempo, escoge un nombre que al menos te agrade.
El nombre no sólo debe caracterizar al personaje, si no que también debe ser fácil para los lectores. Si decides que sólo Ytzgmlfsy es un nombre adecuado para tu personaje, ten en cuenta que el lector se verá obligado a parar para leer el nombre y puede que ya no se interese por tu historia. El ritmo es siempre muy importante, como sabes.

2. Crea una pequeña biografía para tu nuevo personaje. Deberás decidir que aspectos físicos son más importantes para él (peso, altura, color de pelo y ojos, edad...). Pero no sólo esto es importante. Considera también la idea de crear un esquema de su personalidad que incluya:
• carácter
• creencias religiosas o morales
• creencias políticas
• aficiones
• hábitos
• rasgos de salud
• manías o excentricidades
• gustos y disgustos
• miedos o fobias
• objetivos a corto y largo plazo
• sueños y esperanzas

3. A veces ayuda buscar en los periódicos, revistas o Internet una foto de alguien que se adapte a tu personaje. Si cuelgas una foto de tu personaje con una pequeña biografía y listado de características, tendrás una imagen visual perfecta para crear la historia que mejor le vaya.
Así, ahora ya deberías tener un personaje sobre el que trabajar, pero esta información no es suficiente para traerlo a la vida... Usando el principio de que todas las buenas historias necesitan personajes únicos y complejos, necesitas esbozar algunos puntos más.
Cuando estés creando la descripción de la personalidad de tu personaje, decide también cuales son sus puntos fuertes. Dale rasgos con esa fuerza y añade también alguna flaqueza. Tiene que ser un personaje atrayente pero la flaqueza debe subrayar la tensión que conlleva su comportamiento.
Ahora crea un problema que realce esa flaqueza de tu personaje. Debe ser una dificultad o un problema temible que tu personaje deba superar. Así la historia contará la batalla para convertir su flaqueza en una victoria final. Por encima de todo, nunca dejes que tu protagonista sepa que va a ganar... si gana.

4. Apégate al punto de vista de tu personaje tanto como puedas. Si tu personaje no se ve o se oye a si mismo, el lector tampoco podrá hacerlo. Esto construye una empatía del lector hacia tu historia y conlleva una de las variables del proceso de identificación del lector con la obra y uno o algunos de sus personajes. Recuerda utilizar todos los sentidos, los cinco, con los que se encuentra tu personaje. Contándole a tu lector sólo lo que ve y oye, no es tan evocativo como compartir lo que prueba, toca y huele.

5. Tu protagonista ha tener un conjunto de problemas complejos. El objetivo principal debe estar a la vista, pero otorgarle algunos obstáculos a tu personaje subrayará los rasgos que has escogido para ayudarle o entorpecerle en el camino. Los personajes secundarios solo deben tener un problema principal para resolver. No deben estar tratados con tanta profundidad como los del protagonista, si no la novela parecerá sobrecargada. Los personajes menores no deben tener ningún problema. Piensa en ellos como extras de un escenario que dicen las frases adecuadas pero cuya historia no es relevante.

6. Escoge el punto de crisis. Dale a tu protagonista la oportunidad de tomar una decisión totalmente trascendente. Si debe hacer una elección moralmente equivocada para tener éxito y sobrevivir, tu protagonista ganará todo lo que quería, pero el precio debe ser alto.

Ejemplo:
En el reciente libro de Paul Auster, “El libro de las Ilusiones”, el escritor-narrador de la historia pierde a toda su familia en un accidente aéreo en las primeras líneas de la obra.

Sugerencia:
Tu personaje puede perder su alma, la conciencia, su libertad, el amor... etc. Pero debe resultar claro que, escoger el camino moralmente correcto, solo resultaría en su derrota. Hacer que el coste moral sea alto, lo hace más interesante.

Si acaba en el lado del bien sobre el mal, asegúrate de que pierde todo lo que él quiere en el camino. Sobrevive intacto a la batalla pero debe pagar un precio elevado para hacer la elección correcta. Aunque supere el obstáculo del principio, debe perder todo lo que quiere o en lo que cree.
Al final de tu historia, el protagonista debe haber sobrevivido a una batalla enorme, o a un dilema moral, o debe llegar al final después de un cambio fundamental. Puede haber perdido sus creencias, su consciencia. Puede haber superado la debilidad que le asignaste al principio cuando lo creaste. Cualquiera que sea el cambio, debe ser evidente. Cuando sitúes todas estas piezas en su lugar, tendrás un personaje complejo y empático que tus lectores recordarán. Volverán al libro a buscar más cosas sobre él.
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MensajeTema: Re: Consejos para escritores.   Consejos para escritores. Icon_minitimeJue Ago 28, 2008 2:58 pm

LOS ELEMENTOS CRUCIALES PARA CUALQUIER HISTORIA

Un protagonista agradable
Éste es nuestro héroe. Puede ser hombre, mujer, perro, gato, robot o lo que se te ocurra, pero tu protagonista debe ser alguien (o algo) con quien el lector se identifique y no sólo eso, sino que desee que la misión tenga éxito.
La mejor manera de conocer a tu protagonista antes de plantarlo en medio de la obra, es escribir la historia de su vida. Empieza por el tipo de infancia que tuvo: ¿Cómo eran sus padres? ¿Dónde creció? ¿Cómo era su colegio? ¿Y sus amigos? Si el protagonista es un robot o algo inanimado ¿Quién lo construyó y por qué motivo? ¿Qué reglas gobiernan sus acciones?.
¿Por que es tal cómo es tu protagonista en el momento en que ocurre la historia? Cuanto más conozcas a tu personaje, mejor parado saldrá de la historia. Otórgale un vicio o dos para que el lector se identifique plenamente con él. No lo hagas perfecto. Quizás tu protagonista se retuerce el cabello cuando está nerviosa o hace dibujos sin sentido en el papel mientras se supone que toma notas. Esto acercará el personaje a la experiencia vital de tus lectores y resonará en su interior como alguien vivo.

Un antagonista que no sea totalmente detestable
Nadie es absolutamente malvado. Tu antagonista necesita un motivo para enfrentarse a tu protagonista. Considera dos candidatos para el mismo puesto de trabajo. Cada uno tiene buenas y malas cualidades. Tu antagonista debe tener buenas cualidades que compensen las malas. Quizás se dedique a alimentar a los gatos del barrio. O tenga un canario al que adore con dudoso gusto. Pero la idea es que tu antagonista debe competir con tu protagonista sobre algo que importe a ambos.
Para hacer al antagonista realmente creíble, debe ser humano (o humanizado) con sus vicios y virtudes más o menos compensados.

Un escenario
Tu historia puede tener lugar en el pasado, el presente o el futuro. Pero debes hacer que el lector crea en la existencia de ese escenario, al menos mientras dure la historia. Deberás ofrecer detalles al lector pero no debes ofrecerlos a la vez. Deja que sean los personajes quienes se muevan por el escenario y admiren alguna de sus partes o se preocupen por algo relacionado con el espacio que habitan. Déjalos que recojan partes del decorado o se sienten en sillas de diferentes tipos varias veces. Un detalle aquí y allá y las respuestas que den tus personajes a su entorno darán una idea aproximada al lector de dónde se encuentran tus personajes.

Conflicto
En cada historia hay algún tipo de conflicto. Puede ser una situación verdaderamente competitiva o bien que los protagonistas masculino y femenino no saben como tratarse y sus equívocos dan lugar al conflicto. Los personajes deben encontrarse obstáculos a superar gracias a su agudeza o inteligencia, a la suerte o a un cúmulo de casualidades. Es importante evitar las soluciones “convenientes” (en las que no cuentas la existencia del amigo de infancia que tiene la solución al problema que atenaza al protagonista hasta la última página por ejemplo) a no ser que las sitúes al principio de la historia. Por ejemplo, si tu protagonista necesita usar algún tipo de arma, debería aparecer en la descripción anterior del escenario. Quizás las espadas de su padre están colgadas encima de la chimenea. Quizás ha estado cortando verduras en la cocina. Encuentres la solución que encuentres a tu conflicto, las herramientas deben aparecer antes de que sean necesarias al protagonista.
Incluso las habilidades que tu protagonista usará en la resolución del conflicto deben contarse antes de que el tenga que desentrañarlo. ¿Le gusta resolver los crucigramas del periódico cada noche antes de acostarse? ¿Usa los puzzles como método de relajación? ¿Le gusta escalar? ¿Realizó un curso de seguridad vial? Todo lo que ayudará al protagonista a resolver el conflicto debe tratarse con anterioridad o el lector se sentirá engañado. No puedes incluir nada que haga la resolución más fácil al protagonista si antes no se lo has presentado al lector.

Una resolución
Tiene que haber una solución para cada conflicto de la historia. Puedes usar una serie de pequeños conflictos para llegar al principal pero cada conflicto necesita su solución individual al final de la historia. Quizás tu protagonista quiere comprar el negocio de alguien para incrementar sus beneficios. El conflicto principal puede ser que el dueño del negocio no quiera vender, o no quiera vendérselo a esa persona en concreto. Esto crea un conflicto. ¿Cómo lo resuelves? La negociación puede ser una solución. El asesinato otra. Una acción hostil y bursátil en un escenario de negocios, la tercera. En algún momento de la historia tu protagonista y tu antagonista tendrán una confrontación y deberán encontrar una solución. Aunque uno de ellos termine muerto.

Tus personajes deben hablar naturalmente
Lo que es natural para uno puede no ser la manera de hablar de otro. Si uno de tus personajes es extranjero por ejemplo, hablará diferente de alguien que sea nativo de la persona que cuenta la historia. Recuerda, por ejemplo, "Sin noticias de Gurb" de Eduardo Mendoza.
Por el mismo motivo, nadie usa los nombres todo el rato cuando habla con otra persona. Así que no llenes tu historia con cosas como ésta:

- Eh, Juan, veo que te has comprado un coche nuevo.
- Sí, Miguel, lo compré justo ayer. Es bastante caro, por cierto.
- Me encanta su color, Juan.

Puedes usar algunos términos de lenguaje coloquial, propio del estrato social de tus personajes, en el diálogo; pero cuidado con el mercado internacional que puede no entenderlo. Usa los juramentos de manera espaciada. Si eres creativo tienes que ser capaz de transmitir la idea sin la necesidad de usar siempre el mismo tipo de lenguaje. Crea tus propios juramentos que usarás al largo de la historia sólo si son absolutamente necesarios.

Así que aquí tienes la base para crear una historia: la gente que vive la historia, el conflicto y su resolución. Todos ellos constituyen el argumento. Son básicos para cualquier género o tipo de historia. Lo que hagas con ellos es lo que determinará el género de tu historia (romance, contemporánea, misterio, ciencia ficción, fantasía...). Cada historia necesita de estos elementos básicos para ser historia.
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MensajeTema: Re: Consejos para escritores.   Consejos para escritores. Icon_minitimeJue Ago 28, 2008 2:58 pm

Evita el rechazo editorial

1. ¿Puedes usar un nuevo principio? Empieza con una escena que tenga fuerza, un diálogo impactante o una descripción maravillosa que tengas enterrada en alguna parte de la historia. Recuerda esas primeras frases geniales: “Anoche soñé que volvía a Manderley” de Rebecca, por Daphne du Maurier. O esa otra: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía recordó el día que su padre lo llevó a conocer el hielo” de Cien años de soledad, por G.G. Marquez. O quizá puedes quitar el primer párrafo, después el segundo etc., hasta que llegues a algo que incluya más acción, interés o contraste que tu principio original. Puede que te des cuenta de que lo anterior era más bien un intento de aclararte la voz antes de empezar, que el inicio real de la historia es el actual.

Como dice el editor Mario Muchnik, hay cantidad de escritores que no empiezan REALMENTE la novela hasta la página 12.

2. El final, ¿alude a una historia más profunda? Los mejores finales resuenan en nuestro recuerdo porque hacen eco en una palabra, frase o imagen que han aparecido antes en la historia. El lector se ve guiado de nuevo a pensar hacia atrás, y a especular en un significado más profundo. Esto hace que la historia se recuerde y no se guarde sin más en un estante de la biblioteca. ¡Hace que se hable de ella!

3. ¿Hay una imagen visual dominante? Por ejemplo, cuando en Pulp Fiction clavan la inyección en el corazón de la mujer con una sobredosis. Las imágenes centrales con fuerza como ésta anclan la historia en nuestras memorias. Como ves es importante que se te recuerde.

4. ¿Está contando la historia la persona adecuada? Siempre recuerdo una historia de Kurt Vonnegut sobre una relación de pareja rota, contada, no por sus protagonistas, sino por el fontanero que está debajo del fregadero y que la pareja parece haber olvidado. La especulación por parte del narrador a veces es más interesante que la propia exposición de los hechos.

5. ¿Has incluido suficiente monólogo interior?, ¿o hay demasiado? Es sorprendente la cantidad de escritores que cuentan la historia desde un punto de vista determinado pero que no pasan mucho tiempo en la mente de ese personaje. Sin pensamientos internos, que funcionen como contra argumento a la acción física, una historia será menos compleja. Pero escoge tus momentos con cuidado. Los personajes deben pensar cuando hay una pausa en la acción, no durante las escenas de acción.

6. ¿Hay demasiados personajes?, o ¿demasiado pocos? No hay unas reglas fijas, pero los relatos no pueden tener muchos personajes (o mejor nombres propios). Si un personaje no es absolutamente necesario, quítalo, o al menos, no le des un nombre. Descríbelos por su trabajo, función o manera de vestir. Por ejemplo: “el tendero”, “la chica que continuaba mirándole” o “el hombre del traje azul”.

7. ¿Has creado una frecuencia e intensidad apropiadas para las escenas? Cada escena debería revelar algo del personaje, avanzar el argumento de manera significativa, dar una visión interna del tema o, mejor aún, hacer todo esto en una sola escena, el gran secreto de los superventas. Ten en cuenta que pocas escenas hacen que la historia parezca un sketch. Demasiadas escenas pueden diluir la historia, las escenas principales pueden perder su fuerza y dramatizar los momentos equivocados, es como subrayar los párrafos equivocados de una novela para que el próximo lector los encuentre.

8. ¿Por qué me cuentas esto? ¿Nunca te has encontrado en una fiesta preguntándote por qué la persona que tienes al lado te está contando una historia? En la película “Stand by me” basada en uno de los mejores relatos y menos conocidos de Stephen King se cuenta la historia de unos niños que van a buscar a otro chico fallecido; enmarcada por una escena en la que un escritor ya maduro contempla el titular sobre el asesinato de un abogado local y un final donde vemos a ese mismo escritor que encuentra inspiración en su hijo y en su amigo al final de la historia. El marco no da un contexto inmediato y anticipa la respuesta a la pregunta ¿Por qué?

9. ¿Te diriges a los sentidos del lector? El mundo que nos rodea, se nos hace “real” debido a nuestros sentidos: tacto, olor, gusto, vista y oído. A las historias que no tienen un sentido convincente de la realidad, muchas veces les falta imaginería que se dirija a los sentidos del lector. Trabaja los sentidos.

10. ¿Tu historia tiene sabor? Muchos relatos se sustentan en el vacío, el diálogo transcurre sin ninguna descripción ni interior ni exterior. Es como si fueras al teatro y apagaran las luces, o como si los actores se sentaran en el escenario y dijeran sus frases sin ninguna acción para acompañarlas. Hace falta "salsa".

11. ¿Tus personajes están motivados? ¿Qué les mueve a hacer lo que están haciendo? ¿Sabemos qué quieren? Esto los hará verosímiles. Leer es un acuerdo tácito entre el lector y el escritor. El lector piensa: "Bien, te concederé unas horas, pero házmelas creíbles".

12. ¿Tu marco temporal es interesante? Muchas historias se resuelven en un incidente que sucede entre una y tres horas. ¿Tu relato puede ser una escena dentro de una historia más larga? ¿Qué pasaría si alargaras la historia, distorsionándola y haciéndola más interesante? No tengas miedo a realizar cambios, siempre sobre una copia del original. Luego siempre puedes hacer sustituciones.

13. ¿Puedes añadir textura a tu historia, con ecos, alusiones, símbolos, mitos y metáforas? La literatura que estudiamos en clase, la Literatura con L mayúscula, tiene gran riqueza figurativa y ecos en su lenguaje. Esto incluye metáforas, comparaciones, símbolos y alusiones. Los ecos funcionan repitiendo frases clave o palabras dentro de la historia para que tengan un efecto acumulativo en el lector.

En el último libro de Enrique Vila-Matas: "París no se acaba nunca", el escritor repite constantemente esta frase del título en diferentes contextos, matizándola cada vez. Siempre recomiendo a Enrique como escritor que domina la técnica a la perfección e incluso desvela a veces sus propios trucos.

14. ¿Has considerado usar un narrador en el que no se pueda confiar? ¿Le daría más interés a tu historia si los lectores creyéramos que el narrador no está diciendo la verdad absoluta, o si nuestras percepciones fueran un tanto diferentes de las del narrador? Quizá te pueda parecer complicado. Pero recuerda, tu eres Dios. Eres el creador. Y tu escoges desde el narrador hasta la última palabra del
texto.

15. ¿La información trivial está equiparada a los “pensamientos profundos”? Si tu personaje es un albañil, tus lectores querrán saber más sobre su mundo: los aspectos técnicos del trabajo, así como la mentalidad de su gremio. Y tendrías que hacerlos interesantes. ¿Recuerdas la frase de Forrest Gump: "La vida es como una caja de bombones"? ¿Qué diría un bombero depresivo? Te daré un ejemplo: La vida es un incendio pequeño que se extingue con un soplido. ¿Ves la idea?

16. ¿Puedes añadirle interés a la historia mediante letras de canciones, cartas o listas? Estos detalles son buenos recursos para el argumento. Piensa por ejemplo en la letra de la canción “Sheik of Arabia” en El Gran Gatsby de F.Scott Fitzgerald o la lista de los miembros de la sociedad que frecuentan las fiestas de Gatsby.

17. ¿Y coincidencia e ironía? Estas convenciones literarias añaden un considerable interés. Filosófico a veces.

18. ¿Has creado suficiente contraste? Demasiadas historias están llenas de personajes que se parecen, hablan igual y actúan de la misma manera. Lo he visto en muchos originales de escritores noveles. Si tus personajes son similares, intenta introducir cambios en sus intereses, maneras de expresarse, expresiones, rasgos físicos o respuestas emocionales para diferenciarlos unos de otros. Cuando caminas por la calle, qué es lo que observas en la marea de gente que viene hacia ti: dos hombres de la misma raza y altura o miembros del sexo opuesto que se visten radicalmente o son muy distintos en su altura?

19. ¿Tu diálogo tiene fuerza y gancho? Algunos amigos de Tenessee Williams contaban que cuando iban a su casa pensaban que la tenía llena de gente porque se oían voces muy distintas salir de ella. Pero la realidad es que Williams actuaba en voz alta mientras escribía para conseguir que cada personaje sonara realmente bien. ¿Recuerdas lo que te dije en un artículo sobre leer en voz alta? Puedes probarlo, pero si tu diálogo aún no te suena bien, quizá tienes que mirar qué es lo que están diciendo tus personajes en vez de mirar cómo lo dicen. ¿Qué es más interesante? ¿Una conversación al principio o al final de una cita, fiesta o encuentro de amigos... o las conversaciones en el medio?

20. ¿Puedes mantener la historia? La fórmula de ficción más simple es la situación seguida de la complicación y la (i)resolución. A veces leemos historias donde la complicación es parte de un problema al que debe enfrentarse el protagonista más que un factor adicional para llegar a la resolución. Otras veces la complicación no es suficientemente complicada. Intenta complicar más la trama existente o añadir alguna otra dificultad.

21. Cuando todo lo demás falla, ¿por qué no probar la aproximación "sidecar"? Muchas historias parecen trazados de una atracción de feria donde el carro sigue una ruta predecible y nunca se pierde. Un niño rompe el jarrón de su madre y la historia sigue, por un lado, la acción externa de sus intentos de arreglarlo y por el otro, la interna de como el niño decide contarle a su madre el accidente. Pero qué ocurriría si el niño estuviera ya en el instituto y se hubiera envuelto en su primera relación amorosa. La historia se centraría en la relación y el jarrón sería una sub-trama que añadiría carne al asador. Puede que la novia piense que debe hacer algo diferente a la acción que toma el protagonista. Mayor complejidad, significa más interés por parte de los lectores.
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MensajeTema: Re: Consejos para escritores.   Consejos para escritores. Icon_minitimeJue Ago 28, 2008 2:59 pm

RESCATA UNA HISTORIA ATASCADA

Todos lo hemos sufrido. Empezamos a escribir con alegría y esperanza, fascinados por los inicios. Luego algo sucede… (aunque generalmente no ocurre) y la historia nos aburre, convirtiéndose en algo totalmente acartonado. La frustración se convierte en consternación que a su vez pasa al estado de pánico, el estado que sufre todo escritor al pensar que no sirve para esto. Se convierte en un pánico mortal cuando no parece haber ningún motivo para que ocurra. Así que abandonamos la historia antes de que ella nos señale como no válidos para la tarea. Quizá te ha ocurrido.

Una buena historia, como un buen matrimonio, empieza con una ráfaga de energía y entusiasmo. Pero luego debe adaptarse para recorrer un largo camino, debe profundizarse, madurar hacia una complejidad más rica y crecer. Siempre crecer, hasta el final. La mayor parte de las ocasiones en que te encuentres en ese punto crucial que podemos llamar “Odio mi historia”, se deberá a lo que podemos llamar falta de conocimiento de tus personajes. Cuando te encuentres en un punto muerto sin saber como continuar, la solución pasa por profundizar.

Pedacitos de personalidad
Quizá seas de los que recogen grandes dossiers de información sobre tus personajes principales. Asumes por tanto que debes saberlo prácticamente todo sobre ellos, lo uses o no. Pero el “todo” es una red demasiado amplia para pescar. Puesto que realmente sólo nos interesa el pescado más grande, deberíamos conocer los estándares. El conocimiento del personaje entonces no es un todo sino lo que realmente necesitamos saber sobre nuestros personajes. Idealmente deberías incluir pedacitos de personalidad que harán que vuelvas a enamorarte de tu historia.

He aquí un ejemplo: A Fátima le encantan los bocadillos de jamón serrano, odia la mayonesa y fue alumna de una carísima escuela privada. ¿Nos ayudan a conocer al personaje estos hechos? No necesariamente. Pregúntate: ¿Son cruciales para lo que ocurrirá? ¿Sugieren complicaciones específicas, avances en el argumento o escenas? ¿Profundizan nuestro entendimiento del tema?

Vamos a profundizar: ¿No rompe el precepto islámico comiendo jamón Fátima? ¿Puede odiar la mayonesa porque una salmonelosis la obligó a posponer su boda con resultados desastrosos? ¿Fue la única alumna musulmana en una escuela de orientación católica lo que la convirtió en un personaje marginal? Si respondes que sí estás generando un conocimiento del personaje profundo que te ayudará a construir la historia con confianza y autoridad.

Las joyas del conocimiento de personajes no se encuentran con facilidad. Tu búsqueda debe ser agresiva y metódica. Aquí tienes tres herramientas poderosas para usarlas cuando más las necesites.

1.- Interrógate a ti mismo
El autointerrogatorio se basa en concentrarte y no mostrar hacia ti mismo ninguna compasión. Pregúntate sobre la historia, las motivaciones, los personajes, los puntos débiles. Escribirlo te servirá para luego reflexionar sobre tus respuestas.

Acepta varias respuestas. Si colisionan una contra la otra no pasa nada. En este momento estás intentando generar teorías plausibles, tantas como sea posible. Y cuando encuentres la respuesta correcta te darás cuenta.

Sé punzante. Puesto que eres tu quien pregunta y quien responde, puedes ahondar todo lo que quieras, nada te limita. Estamos trabajando con ficción. No hay una respuesta correcta y una incorrecta. Solo respuestas productivas e improductivas.

2.- Interroga a tus personajes
Si interrogas a tus personajes, bebes directamente de tus fuentes. Dirige las preguntas al personaje. Empieza con el principal. Es el personaje más complejo, más redondo, y seguramente es él quien te ha abandonado. Persíguelo. Oblígalo a responder, impélele a clarificar aquello que no sepas. (Con violencia si es necesario )

La herramienta del interrogatorio es muy productiva. Te puede llevar a situaciones en las que nunca se te habría ocurrido pensar de otra manera.

3.- Dramatiza la escena
Imagina la escena en tu mente y juega como si de un director de cine se tratara. Imaginándola en acción, envías la escena directamente al punto conflictivo. Cuando llegues al punto muerto, déjalo pasar. Relájate y deja que la escena fluya por sí misma. Confía en tu piloto automático. Las posibilidades de conseguir una buena acción son extraordinarias y puedes llegar a conclusiones a las que nunca llegarías pensando por tu cuenta.


Y... sobrepasar el punto muerto?

Cuando las historias se paralizan, nos domina el miedo e intentamos arreglarlas con una buena dosis de lógica: complicaciones en el argumento, un final diferente o bien un giro del azar. Pero estos procesos acaban creando ideas débiles, sobre todo el último, es de los que más nota un lector avisado en una novela vulgar o mediocre.

Al desarrollo basado en la lógica siempre le falta la inevitabilidad de movimiento que sucede con las historias que se basan en el personaje, acciones que sólo tienen sentido en el contexto en el que se encuentra el personaje en ese mismo momento.
Las herramientas que hemos esbozado ofrecen un medio para confrontar la batalla de hacer de la escritura una aventura nueva cada día. Úsalas de manera habitual, aunque no tengas problemas que solucionar. Verás como mejoras de dos maneras:
1) Serás capaz de escribir algo por lo que sientas respeto; y
2) Tu actitud frente a tu trabajo (incluso aquel del que te sientas satisfecho) será más cálida. Adorarás tu historia y estarás encantado de encontrar un final perfectamente coherente con tus personajes. Y lo que es mejor, los demás también lo notaran.
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MensajeTema: Re: Consejos para escritores.   Consejos para escritores. Icon_minitimeJue Ago 28, 2008 2:59 pm

44 consejos para jóvenes escritores
Anónimo

Copiar en fichas todos los finales que se nos ocurran para un relato así como sus inicios, probar todas las combinaciones posibles y elegir la más eficaz.
Contemplar la vida, los hechos, los sentimientos, las cosas, las palabras... con actitud de asombro, de extrañeza, y escribir a partir de las nuevas percepciones que así tengamos de todo ello.
Inventar nuevas formas de enfocar nuestros actos cotidianos y escribir sobre ellos.
Mirar los objetos de nuestra casa como si pertenecieran a otro mundo y escribir sobre la nueva forma de percibirlos.
Inventar un mundo en el que las personas hablen con las cosas y las cosas hablen entre sí.
De entre todas las ideas que se agolpan en nuestra mente, apuntar una; la más simple, la más atractiva o la primera que podamos atrapar, sin preocuparnos por perder las restantes en el camino.
Es bueno relajarse unos minutos antes de comenzar a escribir, concentrarse en la respiración, para dejar fluir los pensamientos; coger al vuelo palabras que pasen por la mente y llevarlas a la página.
Se puede trabajar con listas existentes, tales como las del listín telefónico, la carta de un restaurante o la cartelera de los cines.
Plantearse la mayor cantidad posible de formas de soledad existentes para desarrollar en un texto la que más nos conmueva.
Observar lugares bucólicos y describirlos. Extraer noticias truculentas de periódicos sensacionalistas y ambientar los sucesos en dichos lugares.
Estar alerta cuando nos sentimos angustiados para rescatar aquellas imágenes que dan forma a la angustia.
Escribir sin estar pendientes del calendario, del reloj ni de lo que consigamos; simplemente, hacerlo.
Escribir sobre un tema, elegido a conciencia, que nos produzca la más intensa e íntima liberación.
Imaginar varias situaciones que ocurren en distintos lugares a la misma hora como método para contar algo desde distintos puntos de vista.
Repetir un mismo itinerario mental en distintas ocasiones para comparar resultados y recoger la mayor cantidad posible de material vivencial.
Imaginar un viaje de afuera hacia adentro y otro de adentro hacia fuera de uno mismo y escribir "durante" el viaje.
Planificar un viaje interior por el territorio que sea más propicio para las representaciones imaginarias.
Practicar el aislamiento durante un período programado de tiempo que puede ir desde un día completo hasta una semana, un mes... y anotar lo que experimentamos en ese lapso.
Escribir un texto a partir de la comparación de dos realidades: recuerdos, sueños, experiencias vividas, sonidos, perfumes...
Escribir un texto a partir de semejanzas y diferencias que resulten de compararse uno mismo con otra persona.
Encontrar las palabras que más placer nos produzcan o más significaciones nos provoquen para constituirlas en componentes de una imagen.
Apelar a nuestros sentidos diferenciando aromas, sabores, sonidos, observaciones y sensaciones táctiles de todo tipo para incluir en nuestra lista para constituir imágenes.
Dividir un objeto en el mayor número posible de piezas que lo componen para jugar con ellas en un texto, llamando al objeto por el nombre de algunas de esas piezas o partes.
Inventar situaciones, personajes, conceptos que nos permitan transgredir las funciones del lenguaje.
Reunir todo tipo de géneros y discursos y a partir del contraste entre dos de ellos, para constituir una narración: noticias periodísticas, telegramas, poemas, diálogos escuchados al pasar, etcétera.
Analizar todo tipo de palabras buscando la mayor cantidad de explicaciones posibles que en torno a ellas nos aporta material para un texto o nos permite, directamente, constituir el texto.
Inventar imágenes inexistentes, con mecanismos similares a los productores de frases hechas, y desplegarlas literalmente en un texto.
Tomar una idea conocida y asombrarse frente a ella como si nos resultara desconocida como método para conseguir material literario.
Coleccionar refranes de distintas procedencias para trabajar con ellos en un texto.
Inventar refranes y jugar con su sentido literal.
Prestar atención a los episodios cotidianos, y convertir cada mínimo movimiento ocurrido en un espacio común -un bar, el metro, un edificio, la playa- en un episodio capaz de desencadenar otros muchos.
Elegir momentos a distintas horas del día y describir todo lo que sentimos y lo que sucede a nuestro alrededor, más cerca y más lejos.
Inventariar palabras a partir del alfabeto y crear entre ellas un itinerario, el esqueleto de una historia.
Tomar todo tipo de secretos: un "secreto de familia", un "secreto de confesión", "el secreto de estado", "el secreto profesional", como motores de un texto.
Hurgar en nuestro mundo interior, rescatar de él algún aspecto que no nos atrevemos a expresar y ponerlo en boca de un personaje.
Confeccionar una lista de afirmaciones y otra de negaciones como posible material para un texto en el que se omita algo específico.
Invertir el mecanismo lógico: secreto/confesión, es una manera de enfrentar la ficción. En consecuencia, partir de una confesión para luego inventar el secreto.
Emborronar folios durante diez minutos exactos cada día. Al cabo de cada mes (y por ninguna razón antes) leer lo apuntado. Dicha lectura constituirá una grata sorpresa para su autor. Dado que escribió asociando libremente, el material acopiado será heterogéneo y muy aprovechable para ser transformado en texto literario.
Contar lo diferente y no lo obvio de cada día.
Trazarse un boceto de escritura "en ruta" y atrapar las ideas susceptibles de ser incorporadas a nuestra futura obra.
Recopilar anécdotas ajenas y apropiarse de algún detalle de cada una o de su totalidad.
Del intercambio de textos con otros escritores pueden surgir propuestas y comentarios reveladores.
Imitar una página del texto de un escritor consagrado y comprobar el ensamblaje de las palabras.
Rescatar la espontaneidad del niño. Jugar y crear con todo
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MensajeTema: Re: Consejos para escritores.   Consejos para escritores. Icon_minitimeJue Ago 28, 2008 3:00 pm

Algunos de los errores que solemos cometer y sus soluciones/consejos:

1/ El Personaje principal se vuelve pasivo
Eso suele suceder generalmente porque al cabo de poco tiempo en que nos hemos sumergido completamente en la elaboración de la obra, los personajes suelen cobrar "vida" en nuestro interior y algún personaje secundario toma mayor relevancia. Puede que sea porque el personaje principal ha dejado de gustarnos o justamente porque alguno de secundario nos agrada más o encontramos que la obra mejora o da más juego con ese personaje. Es fácil que suceda así, pensemos que los personajes que actúan de contrapunto del principal, suelen ser los "malos de la película" y estos son, en la mayoría de los casos, mucho más atractivos. En cualquier caso es un error. Desde luego seguimos siendo libres para hacer lo que nos venga en gana, pero seguirá siendo un error de planteamiento. Debemos entonces repasar el texto (las escenas) y ver dónde el personaje se vuelve pasivo y devolverle la fuerza perdida. Si eso no nos apetece, o es muy complicado y acabamos prefiriendo al personaje secundario, deberíamos reestructurar la obra para el intercambio de roles o tener más de un personaje principal, esta solución es un poquito más complicada, pero la experiencia vale la pena.

2/ No presentar al Personaje Principal en los primeros párrafos
El lector busca, tiene, quiere identificarse con el personaje principal, al menos quiere hallarlo rápidamente para saber cómo y a quién prestar mayor atención. Es vital que en la primera escena, se presente al personaje principal. El comienzo es un tiempo delicado no sólo porque debemos captar la atención del lector, sino porque tenemos que presentar al personaje. Hay muchas formas de hacerlo, no se preocupe por ello, pero si no aparece, el lector tiende a confundirse y creer que algún secundario es el principal (por desgracia somos de costumbres fijas) y cuando éste aparece, la confusión se hace mayor y puede llegar a molestar. Intente mostrar alguna emoción del personaje, eso le servirá para darle profundidad, para caracterizarlo, sin necesidad de describirlo completamente. Ese es un punto importante, no lo haga de forma descarada, sensiblera ni gratuita, la inclusión debe ser natural, si no es así recomponga la escena hasta conseguirlo.

3/ Derrochar Ideas - Argumentos - Caracteres
Un error típico de principiante. Tenemos demasiadas ideas en la cabeza y las queremos meter todas para dar una sensación de complejidad de la trama, de riqueza; no es necesario en absoluto. Servirá, como mucho, para que el lector avezado se dé cuenta de la falta de seguridad en nosotros mismos. A menudo utilizamos un personaje para explicar una cosa en el primer capítulo, otro en el segundo, otro en el tercero. Hay que aprovechar a los mismos, utilizarlos más intensamente, eso les dará mayor profundidad psicológica y por ello facilitaremos la labor del lector para seguir la trama. Al utilizar los mismos personajes secundarios y aunque estos no puedan mostrar cambios importantes en su carácter, se debería escoger algunos, por ejemplo el que dé la réplica al personaje principal, para mostrar pequeños cambios.

4/ ¿Qué estoy haciendo yo aquí?
No se desespere, a todos les pasa, hasta al más experimentado. Es simplemente falta de previsión, falta de un esquema general del relato o de la novela. Y nós pasa porque a pesar de tener las cosas muy controladas, a todos nos gusta dejar correr la imaginación y ver a dónde nos lleva la escena en la que estamos metidos. Tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Es bueno que antes de empezar hayamos diseñado la obra en sus partes principales: personajes, conflictos, escenas. Sólo así sabemos por dónde vamos y si nos desviamos deberíamos tener una buena razón. Experimentar no es malo, pero cuanto más organizados estemos, mejor sacaremos provecho de esa experimentación, pues un buen escritor no debería pasar toda una vida escribiendo una sola novela.

5/ Dialogo
Es una parte fundamental en la obra, cuanto más larga sea ésta, más importante se vuelve. Pero tampoco se obsesione con ello. Intente no dejar soliloquios, conferencias, largas parrafadas ni explicaciones. Un sistema sencillo de comprobar si vamos por buen camino es visualizar la hoja de papel como si fuera una imagen, si hay mucho texto quiere decir que hay una pobreza de diálogo, si hay mucho espacio en blanco pasa lo contrario, estamos abusando de él. Con todo, sólo usted puede evaluar si en una escena es necesario más o menos cantidad de diálogo. Tenga cuidado con el Slang, con los dialectos, si los utiliza debe intentar que el lector pueda interpretar correctamente sus significados. Debemos buscar la manera para que quede claro lo que se está intentando decir. No tema utilizar "dijo" en los diálogos, esa palabra se utiliza normalmente en el 90% de las ocasiones. Desde luego debe intercalarse con otras palabras, sobre todo cuando el personaje hace algo o lo dice de cierta manera, pero intente mostrar esas emociones, no de señalarlas simplemente.

6/ Parar demasiado pronto
Otro fallo de escritor novel. Estamos tan ansiosos por acabar una obra (llevamos tantas inacabadas...) que generalmente precipitamos el fin. Las historias acaban demasiado abruptamente (habitualmente por falta de un esquema general). Fuércese a continuar escribiendo cuando crea que ya a acabado, normalmente podemos encontrarnos con una sorpresa. Y en todo caso si no consigue mejorarla será un excelente ejercicio.

7/ No dejar descansar la historia
Cuando acabamos una historia estamos demasiado metidos en ella. Somos incapaces de juzgarla con absoluta imparcialidad. Hay que darse tiempo para olvidarse-distanciarse, y dependiendo de nuestro trabajo estar al menos unos días-semanas alejados de ella. Una vez ha pasado ese tiempo, hace falta chequear la historia para una aceptación general, leerla como lector -directamente- sin pretender ni pensar en corregir-cambiar etc.

8/ No ensayar comienzos diferentes.
No valoramos nuestra capacidad en su justa medida, sea por arriba o por abajo. Quizá el principio escogido no sea el más adecuado aunque lo parezca. Una vez se tiene la historia, se debería ensayar varios comienzos alternativos, no muy complejos, sólo dos o tres párrafos, de forma rápida, escogiendo diferentes formas de presentar la información, puntos de entrada en la historia. Una vez que eso se hace varias veces, se vuelve algo natural en nosotros y aprovecharemos mejor todo nuestro potencial creativo

9/ No planear el clímax desde el principio
Una cosa es la previsión, la organización, tener un esquema general del relato o de la novela y otra llegar hasta el extremo de tener previsto hasta el clímax, algo que ocurre generalmente al final de la novela. No debemos atarnos las manos hasta ese extremo y dejarnos la posibilidad de cambios. Es evidente que deberíamos desarrollarla de acuerdo con la promesa original, pero que eso no nos coarte como para que la obra se convierta en algo rígido.

10/ Tomar demasiado tiempo para repasar
Más que error, vicio que hace falta erradicar. Corrija todo lo que crea necesario, pero defina un tiempo concreto para ello, sino esta abocado a la necesidad ilógica de corregir un texto cada vez que lo lea y eso más que ralentizar su producción acabará paralizándola. Acepte como artículo de fe que toda obra es susceptible de mejora, y que nosotros mismos evolucionamos y que con ello nuestra capacidad y experiencia aumenta. Tenemos que parar en algún momento, si no estaremos siempre dando vueltas al mismo molino.

11/ Estructuras ilógicas
Un error del que hay que huir como del diablo. La obra se sustenta en una realidad (incluida la ciencia ficción y la fantasía más desbocada), la que el escritor desea y debe aferrarse a ella. Debe respetarse a sí mismo y sobre todo al lector. Construirla de forma inverosímil o fuera de contacto de la realidad hará que la gente no se crea lo que está leyendo, pensarán con toda razón que usted, el escritor, les está tomando el pelo, se molestarán y simplemente dejarán de leerla. La obra ha de ser consistente con todos sus planteamientos y ser honestos con ellos. Y, sobre todo, al final del relato o la novela, no se saque un conejo de la chistera para solucionar sus fallos de estructura, sólo conseguirá hacer más visibles estos.
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MensajeTema: Re: Consejos para escritores.   Consejos para escritores. Icon_minitimeJue Ago 28, 2008 3:00 pm

Veintiún consejos generales

1) Los párrafos deben ser cortos. No más de seis o siete renglones. Deben ser de pocas oraciones. Las oraciones deben tener pocas palabras. Las palabras deben tener pocas letras. Escriba, después de una oración larga, una corta. Como ésta.

2) Redacte párrafos mas o menos homogéneos: ni un párrafo larguísimo, ni una oración por párrafo.
1. La primera línea debe ser como un gran golpe, decía Hemingway. Debe seducir, invitar a la lectura. Escríbala al final, cuando ya escribió todo el texto.
2. El orden habitual de las palabras es: Sujeto, Verbo, Objeto y Circunstancias. Coloque el verbo lo más cerca posible del sujeto. Ordene sus oraciones. Léase en voz alta. Lea sus textos a un colega. Asegúrese de que lo escrito es realmente lo que quiso decir. Y nunca, nunca, nunca se permita escribir peor de lo que habla.

3) Escriba en voz activa antes que en voz pasiva.

4) No comience las oraciones con adverbios (Ej. “Allí donde el año pasado…”). Si quiere informar, lo usual es empezar con el acontecimiento (qué) o con el protagonista (quién).

5) No abuse del gerundio (Ej. “Viajando hacia el sur, podemos…”). En la duda, suprímalo. Nunca lo use para referirse a una acción posterior a la del verbo principal.

6) Divida las oraciones con el punto seguido. No escriba: “Los empleados, que realizaron este año el curso de perfeccionamiento, ya escriben mucho mejor”. Escriba: “Los empleados ya escriben mucho mejor. Cursaron este año...”.

7) Evite la ambigüedad de todos los posesivos y determinantes. Pregúntese a quién se refieren. Si necesita más de una semana para darse cuenta, es posible que esté poco claro.

8 ) Orden: La producción de ideas no es lo mismo que la producción del texto. Si no hace un esquema antes de redactar, irá corrigiendo sobre la marcha (y el texto terminará en la papelera).

9) No incluya cláusulas incidentales: “Al terminar el martes la sesión de trabajo...”.

10) Quedan terminantemente prohibidos los errores de concordancia entre el sujeto y el predicado.

11) No abuse de los adjetivos. Es preferible uno significativo a dos o tres acumulados. “El adjetivo, cuando no da vida, mata”, Vicente Huidobro.

12) La clave de toda narración estriba en elegir un punto de vista adecuado desde el que se narra. Una narración es un entretejido de hechos. Importan mucho tanto la elección del tiempo verbal en el que se narra como el respeto a la correlación de los tiempos verbales.

13) Deseche los verbos ‘baúl’ y las palabras ‘comodín’ (‘decir’, ‘hacer’, ‘tema’, ‘cosa’, etc.).

14) Evite cacofonías y rimas internas: “Actualmente se ha perdido totalmente la ética”.

15) Los elementos que se yuxtaponen en una enumeración deben ser homogéneos. Lo mismo sucede con las coordinaciones: “Triste, solitario y final”.

16) Sea sencillo. No duplique innecesariamente las referencias a un sustantivo con expresiones como ‘dicho’ o ‘el mismo’. No escriba: “La llegada del CEO era muy esperada dada la experiencia de dicho profesional”. Escriba: “dada su experiencia”. Ahorra tres palabras y evita parecer un falso sofisticado.

17) Sea claro. Claro. Si usted quiere decir que el sol entró por la ventana, la mejor manera de hacerlo es ésta: “El sol entró por la ventana”.

18 ) Sea conciso. Una palabra es mejor que dos. Concisión.

19) Sea riguroso. Evite expresiones del tipo ‘varios’, ‘algunos’, ‘numerosos’, ‘un grupo’. Sustitúyalas por datos concretos o dará la impresión de que no domina el tema sobre el que escribe.

20) Sea elegante. Huya tanto del estilo frívolo como del solemne. Evite los eufemismos y los lugares comunes.

21) Evite la indecisión y la prisa. Concéntrese tan solo en cumplir vien todos los pasos y no sea demasiado duro, exigente, ansioso, irónico, macabro, terrible o amargo con usted mismo y sus resultados.


1)Cree en un maestro -Poe, Maupassant, Kipling, Chejov- como en Dios mismo.


2)Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en dominarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.


3)Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia.

4)Ten fe ciega, no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.


5)No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.


6)Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: "Desde el río soplaba un viento frío", no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes.


7)No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.


8)Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.


9)No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de reviviría tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino.


10)No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interès mas que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haver sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento.
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MensajeTema: Re: Consejos para escritores.   Consejos para escritores. Icon_minitimeJue Ago 28, 2008 3:01 pm

Escribir y ser escritor

1. Al escribir, uno recuerda que “está” vivo, y que eso es un privilegio.
2. No escribir, para muchos de nosotros, es morir.
3. Escribir es una forma de supervivencia.
4. Si no escribiese todos los días, uno acumularía veneno, y empezaría a morir, o a desquiciarse, o las dos cosas.
5. Uno tiene que mantenerse borracho de escritura para que la realidad no lo destruya.
6. Una hora de escritura es un tónico
7. Si dejo de escribir un solo día, me pongo inquieto.
8. Sabio es el escritor que conoce su inconsciente.
9. Cuando la muerte reduce la marcha de otros, uno tiene que preparar deprisa un trampolín y saltar de cabeza a la máquina de escribir.
10. El primer deber de un escritor es la efusión: ser una criatura de fiebres y arrebatos.
11. En la rapidez está la verdad. Cuando más deprisa escriba, más sincero seré.
12. Escribo todas mis novelas en un chorro de pasión deliciosa.
13. Hay escritores que tardan años en dar con la historia original que llevan dentro; otros apenas unos meses.

Sentimientos y pasiones

14. No hace falta que te deprimas. No hace falta que te preocupes. No hace falta que empujes. Las ideas te siguen. Cuando bajan la guardia y están listas para nacer, me doy la vuelta y las atrapo.
15. Trabajo. Relación. ¡No pensar! (...porque eso implica MÁS relajación, MÁS espontaneidad y una mayor creatividad).
16. El mundo intenta darte alcance y asquearte.
17. Saber divertirse trabajando.
18. Hay ideas en cualquier lugar.
19. Me fascinan los viejos
20. En los libros de poesías hay ideas por todas partes.
21. Vivimos en una cultura y en una época tan inmensamente ricas en basuras como en tesoros.
22. Todo lo que se hace, hay que hacerlo con entusiasmo.
23. Fiebre, ardor, delicia.
24. Para alimentar a la Musa, es preciso haber tenido siempre hambre de vida, desde niño.
25. Todos necesitamos que alguien más alto, más sabio, más viejo nos digo que a fin de cuentas no estamos locos.
26. Soy esa rareza de feria, el hombre con un niño dentro que lo recuerda todo.
27. Hace mucho que aprendí que yo no veo de manera directa, que el que sobre todo se “embebe” es mi inconsciente.
28. Si todo esto parece mecánico, no lo es. Me guían las ideas. Cuanto más hago, más quiero hacer. Uno se vuelve voraz. Le entran fiebres. Conoce júbilos.
29. Yo creo que finalmente la cantidad redunda en la calidad.
30. La cantidad da experiencia. Sólo de la experiencia puede surgir la calidad.
31. El trabajo del artista es tan arduo que un cerebro que vive por su cuenta acababa desarrollándose en los dedos.
32. Lo que estamos intentando es encontrar una forma de liberar la verdad que todos llevamos dentro.
33. Que el mundo arda a través de uno mismo.

Éxito y fracaso

34. Hacer es ser. Haber hecho no basta. Abarrotarse de hacer: ése es el juego.
35. Más que pensar mucho en mi camino, he hecho cosas y he descubierto quién era y qué era después de hacerlas.
36. No hay nada que fracase. Todo continúa. Se ha hecho el trabajo. Si está bien, uno aprende. Si está mal, aprende todavía más. El único fracaso es detenerse. No trabajar es apagarse, endurecerse, ponerse nervioso. No trabajar daña el proceso creativo.
37. Deberíamos recordar que la fama y el dinero son dones que ese nos otorgan sólo “después” de que hayamos brindado al mundo nuestros dones mejores, nuestras verdades solitarias e individuales.
38. La flecha debe volar hacia un objetivo que nunca hay que tener en cuenta.

Imágenes y sensaciones

39. Toda la vida he pertenecido a las películas. Soy hijo del cine. Empecé a los dos años y he visto todas las películas que se han hecho. Estoy atiborrado. A los diecisiete años veía doce o catorce películas por semana. Diablos, es un montón de películas. Lo cual significa que he visto todo, entre otras cosas, la basura. Pero está bien. Es una forma de aprender. Uno tiene que aprender cómo no se hacen las cosas. Ver sólo películas excelentes no sirve para educarse.
40. Un director de cine se pasa el tiempo procurando que cuarten o cincuenta personas lo quieran o le tengan miedo, o las dos cosas a la vez. Yo estoy acostumbrado a levantarme, correré a la maquina de escribir y en una hora he creado un mundo. No tengo que esperar a nadie.”
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MensajeTema: Re: Consejos para escritores.   Consejos para escritores. Icon_minitimeJue Ago 28, 2008 6:32 pm

Cierva te amo!!!!!!!!!

Voy a imprimirmelo ya mismo!!!! lol!
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Abykame
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MensajeTema: Re: Consejos para escritores.   Consejos para escritores. Icon_minitimeJue Ago 28, 2008 7:40 pm

Movido al foro de "Sobre escribir...", gracias por postearlo^^.
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MensajeTema: Re: Consejos para escritores.   Consejos para escritores. Icon_minitimeVie Ago 29, 2008 12:09 am

Dios O.Om esto es oro xD

Me lo guardo para leerlo ma´s detenidamente en otro momento...


uchas gracias cierva!
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Tamuril
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MensajeTema: Re: Consejos para escritores.   Consejos para escritores. Icon_minitimeVie Ago 29, 2008 12:53 pm

Muchas gracias Cierva.Eres mi ídola.Me vienen genial.



Las voy a imprimir para leerlas mas a gusto.




GRACIAS!!!!!!!!!
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Liz Black
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MensajeTema: Re: Consejos para escritores.   Consejos para escritores. Icon_minitimeSáb Ago 30, 2008 5:45 pm

Thanks, thanks, thanks!! contento contento

Arrow Como dicen el resto de compis del foro, estos consejos se merecen ser impresos!A ver si ayudan en los momentos de falta de inspiración o atasco mental!! tongue
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http://www.climatecrisis.net/trailer
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MensajeTema: Re: Consejos para escritores.   Consejos para escritores. Icon_minitimeSáb Ago 30, 2008 10:10 pm

Los últimos consejos que vienen, son de Rabia de JSiF no??
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nat
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MensajeTema: Re: Consejos para escritores.   Consejos para escritores. Icon_minitimeDom Sep 07, 2008 10:57 pm

Gracias por los consejos, los voy a imprimir para leerlos a gusto... Los últimos me suenan... ¡Cómo me gusto ese libro!!Y cómo envidié a su protagonista!! Razz Cool (Rabia de Jordi)
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